Como nunca el segundo año del polimodal estaba muy emocionado y lleno de expectativas en cuanto a la llegada del viaje a Entre Ríos.
Durante todo el año fuimos planificando cada detalle…con quién dormir, con quién compartir el asiento del colectivo, qué ropa llevar, qué iba a comer Roo, entre otros.
Como siempre, se presentaron complicaciones producto de las típicas irresponsabilidades de la edad y de la emoción previa que ocupaba el lugar más importante en nuestra cabeza. La principal dificultad fue la demora en cuanto a la presentación de los papeles necesarios para viajar, especialmente la famosa ficha médica. Otra de las complicaciones, fueron el desconocimiento del lugar donde pagar la “Cuota Cero”, y la indecisión de algunos alumnos de ir o no, lo que impidió completar la lista de los que viajaban.
Atravesando los obstáculos, finalmente llegó el tan esperado Domingo 7 de Septiembre, cuando todos debíamos tener listas las valijas, habiendo controlado todo para no omitir nada y así dirigirnos con todas las ganas a la Plaza Sarmiento para partir hacia destino junto a nuestros compañeros y amigos.
Una vez en el colectivo, empezamos a sentir que había llegado el momento que tanto esperamos durante todo el año y lo único que nos quedaba por hacer, era vivirlo…
En el colectivo, mientras viajábamos, surgieron como siempre los típicos “te acordás cuando..”, compartiendo recuerdos y experiencias pasadas. Algunos empezaron con el pie izquierdo, el sueño les jugó una mala pasada que los llevó a tener la cabeza blanca, con dentífrico que nuestros propios compañeros colocaban en forma de castigo por dormirse…y de esta manera es como continuamos el resto de las horas, charlando en medio de risas, cantos y palabras, entre otras cosas.
Durante todo el año fuimos planificando cada detalle…con quién dormir, con quién compartir el asiento del colectivo, qué ropa llevar, qué iba a comer Roo, entre otros.
Como siempre, se presentaron complicaciones producto de las típicas irresponsabilidades de la edad y de la emoción previa que ocupaba el lugar más importante en nuestra cabeza. La principal dificultad fue la demora en cuanto a la presentación de los papeles necesarios para viajar, especialmente la famosa ficha médica. Otra de las complicaciones, fueron el desconocimiento del lugar donde pagar la “Cuota Cero”, y la indecisión de algunos alumnos de ir o no, lo que impidió completar la lista de los que viajaban.
Atravesando los obstáculos, finalmente llegó el tan esperado Domingo 7 de Septiembre, cuando todos debíamos tener listas las valijas, habiendo controlado todo para no omitir nada y así dirigirnos con todas las ganas a la Plaza Sarmiento para partir hacia destino junto a nuestros compañeros y amigos.
Una vez en el colectivo, empezamos a sentir que había llegado el momento que tanto esperamos durante todo el año y lo único que nos quedaba por hacer, era vivirlo…
En el colectivo, mientras viajábamos, surgieron como siempre los típicos “te acordás cuando..”, compartiendo recuerdos y experiencias pasadas. Algunos empezaron con el pie izquierdo, el sueño les jugó una mala pasada que los llevó a tener la cabeza blanca, con dentífrico que nuestros propios compañeros colocaban en forma de castigo por dormirse…y de esta manera es como continuamos el resto de las horas, charlando en medio de risas, cantos y palabras, entre otras cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario